Si prefieres escuchar esta entrada en lugar de leerla te dejo mi podcast
Es
el año 2020 en la Ciudad de México, estamos al principio de la cuarentena por
el coronavirus que apareció en la ciudad de Wuhan, China en diciembre de 2019.
En estos tiempos la gente tiene acceso a una tecnología de la información que
ha revolucionado la comunicación, incluso han aparecido fenómenos sociales
ligados a la tecnología, como por ejemplo los temas de tendencia en alguna
ciudad del mundo o en el mundo entero, y también el linchamiento en redes
sociales.
En
México tenemos el fenómeno de la incredulidad desde hace ya mucho tiempo, ya
que hemos padecido gobiernos altamente corruptos por décadas y décadas que han
llegado a hacer equipo con los medios de comunicación masiva para reorientar la
opinión de la gente acerca de ciertas decisiones y movimientos sociales, para
desviar la atención cuando les conviene. Con el tiempo se fueron diseñando estrategias
para engañar a la gente, para criminalizar a los activistas sociales, incluso aprendieron
a aprovechar sucesos reales para desviar la atención de la gente, por ejemplo cuando han aprobado leyes
corruptas e injustas que afectan negativamente a la población.
Por
eso en México mucha gente no sabe que creer. A pesar de tener potentes
herramientas de comunicación con la capacidad de trascender fronteras, las
personas ven con incredulidad e indiferencia ciertas noticias. Algunos no saben distinguir fuentes de
información confiables de fuentes dudosas dentro de las redes sociales e
internet. Y no es su culpa.
Pero
de esta confusión hay grupos que se están aprovechando muy bien. En su libro
“Como detectar mentiras” Paul Ekman dice que los mentirosos más exitosos son
aquellos que mienten usando la verdad. En fin, nosotros podemos preguntarnos, qué
elementos tenemos para no hacer el tonto frente a tanta incertidumbre? Cómo
evitamos que nos tomen el pelo?
Primero
que nada debemos aceptar que no podemos saber con toda seguridad si lo que
estamos viendo en una noticia es cierto o es falso.
No
creen ustedes que las mejores decisiones que podemos tomar, son aquellas que buscan
el bien común? Yo al menos, de eso no tengo duda. Y seguimos teniendo la
ventaja de podernos comunicar directamente con casi cualquier persona. Pero ya
que andamos sobre esto:
OJO:
Las cadenas de whatsapp no son comunicación directa de persona a persona.
Así
que hablemos de Whatsapp, porque esta app tiene el monopolio de la comunicación
directa hoy por hoy.
Lo
bueno de whatsapp es que ofrece la posibilidad de comunicación instantánea que
puede ser escrita, por mensaje de voz, por llamada de voz o teleconferencia.
Esto es bueno cuando se usa para que las personas se comuniquen de manera
directa. Aunque la comunicación escrita casi siempre trae el problema de la
malinterpretación negativa. Esto ha sido estudiado por Goleman, autor de “Inteligencia
emocional” e “Inteligencia social”.
Lo
malo de whatsapp es que se está utilizando como herramienta de engaño y
manipulación. Y la empresa no se ha hecho responsable ni parece estar
combatiendo este tipo de uso.
Actualmente
whatsapp es un factor de desinformación que tiene un gran impacto porque todo
mundo lo usa. Hay quienes comparten cadenas que les llegan sin evaluar qué tan
cierta es la información que ahí se propone, y eso es porque esas cadenas les
llegan de personas que conocen aprecian. Sin embargo no las escribieron esas
personas que aprecian. Por eso es altamente recomendable romper las cadenas,
sobre todo cuando no proponen nada útil ni positivo para la comunidad, cuando promueven
miedo, difamación u odio.
Una
característica de las cadenas es que no especifican las fuentes en las que se
basan para sus afirmaciones. Tampoco dan la cara sus autores originales.
En
cambio un artículo científico o periodístico serio, o una tesis universitaria,
por fuerza incluyen la bibliografía y estudios que los fundamentan. Pero sorprendentemente
mucha gente cree más en una cadena que le llega por whatsapp, y jamás pensaría en buscar una referencia
seria sobre el tema ni periodística ni científica.
Recomiendo
altamente desconfiar de información que no incluye sus fuentes o que estas no
son comprobables.
Recomiendo
contener la emoción que te hace compartir de inmediato estas cadenas
desinformativas, solo porque te gustaría creerlas. Al final, no sabes ni a
quien estas favoreciendo al compartirlas.
Toma
en cuenta que actualmente las bases de datos son un botín detrás del cuál andan
muchas empresas y en México, no solo empresas, sino la delincuencia organizada.
Las cadenas también se utilizan para
incluir enlaces que hacen que se te instale malware en el teléfono que roba
datos tuyos y de tus contactos.
O
sea que aunque no seamos muy tecnológicos, no podemos seguir ingenuos ante este
escenario. Porque permanecer ingenuos pone en riesgo a nuestros seres queridos
también.
ES VITAL QUEDARSE EN CASA EN ESTOS DÍAS
Para
aquellos que no creen en la existencia de una pandemia que actualmente se
expande por el mundo entero. Yo no tengo los medios para convencerlos, en este momento como ciudadanos tenemos la obligación de acatar las medidas
que incluyen el distanciamiento social y
aceptar el hecho de que no habrá acceso a las escuelas, diversos centros de
trabajo y muchas otras actividades. Lo que nos queda por hacer ante esta
situación es ponernos creativos en casa
y generar para nosotros mismos nuevas oportunidades económicas, profesionales y humanas. Esa es
la manera en la que podemos aprovechar este tiempo, comunicarnos dentro de la
familia, regresar a la solidaridad.
Ahorita es la oportunidad de crear algo
verdaderamente bueno en nuestra familia y en nuestro país. Si decidimos actuar
positivamente, entonces todo esto del coronavirus será para bien por decisión
nuestra. Pero si nos desesperamos y nos vamos por el lado de la corrupción, del
ataque, de la descalificación entonces nos iremos todos a la ruina. El camino
de la corrupción en México ya lo hemos vivido por mucho tiempo, es hora de dar
oportunidad a otra forma de ser.
Con
coronavirus o sin él, ahora más que nunca necesitaremos todos de todos, es
mejor que esta cadena de solidaridad sea la única que no rompamos. Cada uno de
nosotros es un ser importante capaz de aportar algo único a los demás, dentro
de la incertidumbre, yo creo firmemente esto. No tengamos miedo de aportarlo,
no lo dejemos para después, no lo dudemos. Recuerden esa última frase de la
canción de Pink Floyd que dice: Juntos nos sostenemos, divididos, caemos!