domingo, 29 de marzo de 2020

Desde la cuarentena en la época y el país de la incredulidad



Si prefieres escuchar esta entrada en lugar de leerla te dejo mi podcast

Es el año 2020 en la Ciudad de México, estamos al principio de la cuarentena por el coronavirus que apareció en la ciudad de Wuhan, China en diciembre de 2019. En estos tiempos la gente tiene acceso a una tecnología de la información que ha revolucionado la comunicación, incluso han aparecido fenómenos sociales ligados a la tecnología, como por ejemplo los temas de tendencia en alguna ciudad del mundo o en el mundo entero, y también el linchamiento en redes sociales.
En México tenemos el fenómeno de la incredulidad desde hace ya mucho tiempo, ya que hemos padecido gobiernos altamente corruptos por décadas y décadas que han llegado a hacer equipo con los medios de comunicación masiva para reorientar la opinión de la gente acerca de ciertas decisiones y movimientos sociales, para desviar la atención cuando les conviene.  Con el tiempo se fueron diseñando estrategias para engañar a la gente, para criminalizar a los activistas sociales, incluso aprendieron a aprovechar sucesos reales para desviar la atención de la gente,  por ejemplo cuando han aprobado leyes corruptas e injustas que afectan negativamente a la población.
Por eso en México mucha gente no sabe que creer. A pesar de tener potentes herramientas de comunicación con la capacidad de trascender fronteras, las personas ven con incredulidad e indiferencia ciertas noticias.  Algunos no saben distinguir fuentes de información confiables de fuentes dudosas dentro de las redes sociales e internet. Y no es su culpa.
Pero de esta confusión hay grupos que se están aprovechando muy bien. En su libro “Como detectar mentiras” Paul Ekman dice que los mentirosos más exitosos son aquellos que mienten usando la verdad. En fin, nosotros podemos preguntarnos, qué elementos tenemos para no hacer el tonto frente a tanta incertidumbre? Cómo evitamos que nos tomen el pelo?
Primero que nada debemos aceptar que no podemos saber con toda seguridad si lo que estamos viendo en una noticia es cierto o es falso.
No creen ustedes que las mejores decisiones que podemos tomar, son aquellas que buscan el bien común? Yo al menos, de eso no tengo duda. Y seguimos teniendo la ventaja de podernos comunicar directamente con casi cualquier persona. Pero ya que andamos sobre esto:
OJO: Las cadenas de whatsapp no son comunicación directa de persona a persona.
Así que hablemos de Whatsapp, porque esta app tiene el monopolio de la comunicación directa hoy por hoy.
Lo bueno de whatsapp es que ofrece la posibilidad de comunicación instantánea que puede ser escrita, por mensaje de voz, por llamada de voz o teleconferencia. Esto es bueno cuando se usa para que las personas se comuniquen de manera directa. Aunque la comunicación escrita casi siempre trae el problema de la malinterpretación negativa. Esto ha sido estudiado por Goleman, autor de “Inteligencia emocional” e “Inteligencia social”.
Lo malo de whatsapp es que se está utilizando como herramienta de engaño y manipulación. Y la empresa no se ha hecho responsable ni parece estar combatiendo este tipo de uso.
Actualmente whatsapp es un factor de desinformación que tiene un gran impacto porque todo mundo lo usa. Hay quienes comparten cadenas que les llegan sin evaluar qué tan cierta es la información que ahí se propone, y eso es porque esas cadenas les llegan de personas que conocen aprecian. Sin embargo no las escribieron esas personas que aprecian. Por eso es altamente recomendable romper las cadenas, sobre todo cuando no proponen nada útil ni positivo para la comunidad, cuando promueven miedo, difamación u odio.
Una característica de las cadenas es que no especifican las fuentes en las que se basan para sus afirmaciones. Tampoco dan la cara sus autores originales.
En cambio un artículo científico o periodístico serio, o una tesis universitaria, por fuerza incluyen la bibliografía y estudios que los fundamentan. Pero sorprendentemente mucha gente cree más en una cadena que le llega por whatsapp,  y jamás pensaría en buscar una referencia seria sobre el tema ni periodística ni científica.
Recomiendo altamente desconfiar de información que no incluye sus fuentes o que estas no son comprobables.
Recomiendo contener la emoción que te hace compartir de inmediato estas cadenas desinformativas, solo porque te gustaría creerlas. Al final, no sabes ni a quien estas favoreciendo al compartirlas.
Toma en cuenta que actualmente las bases de datos son un botín detrás del cuál andan muchas empresas y en México, no solo empresas, sino la delincuencia organizada.  Las cadenas también se utilizan para incluir enlaces que hacen que se te instale malware en el teléfono que roba datos tuyos y de tus contactos.
O sea que aunque no seamos muy tecnológicos, no podemos seguir ingenuos ante este escenario. Porque permanecer ingenuos pone en riesgo a nuestros seres queridos también.

ES VITAL QUEDARSE EN CASA EN ESTOS DÍAS

Para aquellos que no creen en la existencia de una pandemia que actualmente se expande por el mundo entero. Yo no tengo los medios para convencerlos, en este momento como ciudadanos tenemos la obligación de acatar las medidas que  incluyen el distanciamiento social y aceptar el hecho de que no habrá acceso a las escuelas, diversos centros de trabajo y muchas otras actividades. Lo que nos queda por hacer ante esta situación es  ponernos creativos en casa y generar para nosotros mismos nuevas oportunidades económicas, profesionales y humanas. Esa es la manera en la que podemos aprovechar este tiempo, comunicarnos dentro de la familia, regresar a la solidaridad. 

Ahorita es la oportunidad de crear algo verdaderamente bueno en nuestra familia y en nuestro país. Si decidimos actuar positivamente, entonces todo esto del coronavirus será para bien por decisión nuestra. Pero si nos desesperamos y nos vamos por el lado de la corrupción, del ataque, de la descalificación entonces nos iremos todos a la ruina. El camino de la corrupción en México ya lo hemos vivido por mucho tiempo, es hora de dar oportunidad a otra forma de ser.

Con coronavirus o sin él, ahora más que nunca necesitaremos todos de todos, es mejor que esta cadena de solidaridad sea la única que no rompamos. Cada uno de nosotros es un ser importante capaz de aportar algo único a los demás, dentro de la incertidumbre, yo creo firmemente esto. No tengamos miedo de aportarlo, no lo dejemos para después, no lo dudemos. Recuerden esa última frase de la canción de Pink Floyd que dice: Juntos nos sostenemos, divididos, caemos!

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