Ya se me hizo costumbre subir a la Torre Latinoamericana a principios de cada año. Me encanta poder mirar la Ciudad de México, que es gigantesca, a diferentes horas. La luz va cambiando y dándole otro carácter a cada rincón de la ciudad. Aquí arriba no hay porque temer un sismo, debe sentirse muy fuerte puesto que la Torre se movería al mismo compas, pero es una construcción bastante segura. Mirar la puesta de sol y como van apareciendo las luces de la ciudad es lo que más me gusta. La ciudad de noche.
Realmente conozco poco de la ciudad, porque a pesar de que he recorrido varias zonas en bicicleta, en verdad es una ciudad inmensa. Les recomiendo recorrer la ciudad en bicicleta, no hay mejor forma de apreciar cada colonia con su ambiente muy particular, sus olores, su gente, su estilo. Les comparto unas fotos, esta vez no traje mi cámara profesional, me subí tan solo a disfrutar de la vista y olvidarme un poco del dolor de espalda que me aqueja por no hacer ejercicio en forma :S
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